Dejando la Colina de los Templos - Patrimonio Cultural de la Humanidad, Unesco - seguimos la carretera nacional que conduce a la ciudad moderna. Después de haber recorrido aproximadamente un kilómetro y medio, tras pasar un par de curvas, una verja situada a la derecha nos conduce a las excavaciones del Barrio Grecorromano, llamado así porque el conjunto monumental descubierto parece ser que se erigió, sobre estructuras prexistentes que han sido probadas, durante los siglos que van del III a.C. hasta el III-IV d.C. Gracias a este descubrimiento, en 1960, se pudo tener una idea clara de la organización urbanística de la antigua zona habitada.
Dicha zona se estructura en torno a 4 ejes paralelos, que desembocan al norte en lo que sería probablemente el decumanus máximo; por encima de este tramo pasa actualmente la carretera nacional. Entre estos ejes hay unas veinte casas de varios estilos (helenístico, itálico, mixto) y algunos almacenes y talleres.
Rica y variada es la decoración de mosaicos de los pavimentos, que van desde la elaboración geométrica a la teselada con motivos geométricos, fitomorfos o zoomorfos según la época de su realización. Es digna de mención la abundancia de pozos, cisternas, canales de desagüe y alcantarillados, que nos hacen deducir el alto grado de civilización alcanzado por la antigua ciudad.

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